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Otras cinematografias

domingo 8 de febrero de 2009


Director: Alfredo Salazar

Guión: Alfredo Salazar
País: Mexico

Primera película escrita, dirigida y actuada (en realidad solo hace un cameo) por quien a estas alturas ya se podría considerar uno de los precursores del cine fantástico mexicano, Alfredo Salazar, guionista de añejos filmes como “La Bruja (1954)”, y como no, guionista también de algunas de las más memorables joyas de la psicotronia chicana, como por ejemplo la serie de películas sobre “La Momia Azteca” incluyendo “La Momia azteca contra el robot humano (1958)”, El Ataúd del Vampiro (1958), La Mujer murciélago (1968), Santo en la venganza de la momia (1971), Santo y Blue Demon contra Drácula y el Hombre Lobo (1973), Santo y Blue Demon contra el doctor Frankenstein (1974), y un largo etc…

Prepárense hijos de la chingada porque….

“…Aquí esta el charro,
aquí esta el charro
el charro de las calaveras,
tiemblen malvados
tiemblen canallas
que el charro será el vengador…”

Así y nada menos que así, con su propio “corrido” (interpretado por el trío calaveras) comienza esta maravillosa película dividida en tres historias, basada como muchas en una historieta publicada en el Mexico de mediados del siglo XX…

Cuenta la historia que unos bandoleros mataron a sangre fría a un feliz matrimonio, solo el hijo de la pareja logró sobrevivir, este niño al crecer lleno de resentimiento e impotencia juro a los cielos vengar la muerte de sus progenitores y servir por siempre a la justicia desde el anonimato. Enmascarado, vistiendo completamente de negro y con tres calaveras decorando su vestimenta… es El Charro de las Calaveras (fanfarrias), el héroe mexicano más cool y menos conocido del mundo!!!

Con valentía y montando su caballo negro el Charro de las calaveras deberá enfrentar a tres temibles monstruos que quien sabe por que razón andan hueviado en los sectores rurales más apartados de México y atemorizando a los pobres lugareños…

Charro de las Calaveras va pasando por ese pueblo cuando se encuentra con un hombre muerto atacado aparentemente por una bestia salvaje. El Charro siguiendo las huellas de la bestia llega a una casa donde encuentra a la familia Alvatierra, compuesta por el padre Don Luís Alvatierra, la señora Alvatierra su hijo Perico y un guatón que no se quien es bautizado con el hermoso nombre de Cleofás (que hace de el personaje chistoso y cobarde, o sea…el que estorba) le darán alojamiento y le cuentan que en el pueblo se rumorea que el perpetrador de estos horribles asesinatos es…

El Lobo Humano

Como toda película de serie b (tirando para z) los efectos especiales son tan feos que se vuelven de culto, el Lobo Humano a primera vista parece un mendigo sin afeitar con camisa a cuadros, pero luego de presenciar close-up de su rostro podemos notar en el verdadero horror en el que estamos metidos hasta las patas… es un ser tan repugnante y horrendo que a mi novia le pareció tierno (cuek)…

Los Alvatierra ayudaran al charro con su “minuciosa” investigación sobre el lobo humano, minuciosa investigación que consiste en preguntarle estupideces a la familia y salir a seguirle las huellas al lobo humano para luego encontrarse con el y no poderlo capturar… hecho que se repite varias veces. Pero atención, el charro tiene un plan , cuando le preguntan cual es, el responde “el monstruo cometerá un error en el momento menos pensado"… (Frase que recordaremos en el final de la historia)…

Luego de varios encontrones con el Lobo Humano donde el Charro siempre sale perdedor, y de paso muere la mama de Perico, nuestro querido pero poco eficiente paladín por casualidad logra contactarse con la típica vieja loca y bruja del pueblo que para mas remate vive en el cementerio local (cementerio en el que veremos tiradas en el piso unas calaveras sospechosamente realistas en comparación con los fx de la película en general)… la bruja, demostrando sus inmensas dotes brujeriles levanta a un muerto de su tumba para que le cuente al Charro de las Calaveras quien es el hombre que se convierte en el Lobo Humano… y de paso le mande toda su minuciosa investigación a la mierda…

Una vez enterado de esto el Charro sale en busca de el Lobo Humano, la batalla final es electrizantemente… normal, llegando al punto de que el Charro va perdiendo en una muy cachacascanesca pelea y es Perico quien le da un golpe en la cabeza al licántropo distrayendo su atención, el Charro sigue abatido en el piso, Perico corre hace un monte y el Lobo lo sigue (Cleofás por su parte hace morisquetas huevonas)… mientras el charro vuelve en si se nos muestra al Lobo Humano tropezar en un acantilado y caer como saco de papas, caída que le causa la muerte…“el monstruo cometerá un error en el momento menos pensado"… Por desgracias del destino Perico quedó huérfano, por esto el Charro decide adoptarlo a el y a Cleofás…

Aquí lo tenemos, en gloria y majestad!!!


HooO!!! es el Lobo Humano (me gusta su camisa)


Definitivamente no me gustaría encontrarme con este ser


Este es el zombi informante (enterrado a raz de tierra) que delata la verdadera identidad del Lobo Humano, terrible de sapo


La transformación más psicotrónica ever seen!!
Hombre...


calavera!!! y sin ropa!!!

Lobo Humano!! con ropa otra vez!!


… Con un corte en negro estilo “…y ahora los anuncios comerciales...” comienza la segunda historia que al igual que la primera estará llena de sorprendentes giros de guión y diálogos profundos…

El Vampiro Siniestro

De inmediato comienza el terror, tenemos a un murciélago (de hule o carton) surcando los cielos, de pronto se convierte en un horrendo vampiro de orejón con cara peluda, y ataca a un lugareño despistado (cameo de Alfredo Salazar).

Galopando (con un traje nuevo que nadie sabe a que horas se lo cambió) por las mismas locaciones de la historia anterior, tenemos a Claofas, el Charro de las Calaveras y a Peric… a ver a ver, niño no es perico!! se llama Juanito… rápidamente el mismo Charro se encarga de explicarnos esto iluminando la sombra de nuestra ignorancia con la luz de su sabiduría diciendole a Cleofas “…ya sabes que está en el colegio”. Sobre de Juanito bueno, cuando Cleofás le pregunta que hace ahí Juanito responde “ha!, tu no te metas”, al parecer, quien es Juanito, de donde viene y por que anda con el Charro de las Calaveras es un misterio que nunca sabremos, la magia del cine dicen por ahí… La cosa es que el Charro junto con sus fieles compañeros se dirige a San Andrés, porque “dicen que en ese pueblo están sucediendo cosas muy extrañas.”

Paralelo a esto el nosferatu asesina a otra victima que resulta ser el padre de una hermosa joven llamada Maria. María al ver que el caballo de su padre vulva solo a la casa se preocupa y sale en su búsqueda, la joven se desmaya al ver tan horripilante ser pero el vampiro a verla de inmediato se da cuenta de que ella es lo que el necesita…

Por esas casualidades de la vida el charro y sus compañeros van pasando justo por ahí y nuestro gran héroe tiene un encontrón estilo lucha libre con el nosferatu, donde adivinen, nuevamente el monstruo de turno va ganando, al charro y compañía se salvan solo porque vampiro debe huir ya que “la luz del sol es mortal para mi” dialogo descaradamente ridículo (al igual que el 90% de los diálogos) ya que toda la película está filmada de día, miren, si en plan 9 del espacio exterior la discontinuidad entre noche y día son constantes, en el charro de las calaveras ni siquiera existe la noche, aunque los personajes se empeñan en recordarnos cada 5 minutos que es de noche cuando nosotros mismos estamos viendo que no es así.

Una vez en la casa de maría el charro y compañía le aseguran que no le pasará nada mientras ellos la cuiden, cosa en la que nuevamente el charro fracasa ya que al primer descuido Cleofás de emborracha y el vampiro irrumpe en la pieza de maría y la rapta, no sin antes decirle su propuesta y proyecto de vida junto a ella “…A mi lado te espera una vida eterna, inmortal, iremos alimentándonos de sangre como yo lo e hecho por años… por siglos!!” sumemos a esto que vivirán en un cementerio mugriento y en ruinas.. que más puedes pedir María.

Así el vampiro se lleva a María hipnotizada hacia el cementerio (el mismo de la primera historia) para concretar su ritual matándola y luego volviéndola a la vida como vampira, luego de esto la envía en busca del Charro de las Calaveras.

Mientras el Charro junto a una turba iracunda para variar anda por cualquier lado buscando al Vampiro, Juanito tiene un momento de brillantes cuando le dice a Cleofás que es más bruto que un topo… “Topo? Topo!”… “debe esconderse debajo de la tierra, vamos...” Juanito no le achunto a ni una, ya que el vampiro en realidad nunca estuvo debajo de la tierra porque duerme en su ataúd a vista y paciencia de todos, de todas formas al parecer el niño posee un sexto sentido increíble porque igual llegan al cementerio donde se encuentra el vampiro.

Por su parte María se lleva el charro al cementerio y ahí se desata la batalla final a combos con el vampiro, nuevamente el charro es derrotando (para variar) y persiguiendo con las manos extendidas junto a María vampiro a Juanito y Cleofás. Finalmente el Charro recobra el conocimiento y logra darle un golpe de gracia al Vampiro…

Hooo, pero que buen desenlace!!!!.

El otro temible enemigo, El Vampiro Siniestro!!! con mascara de luchador peluda


anda corriendo en esta posisión toda la película!!! muy gay


De aquí pasamos a la tercera y última historia, la del…

El Jinete sin Cabeza

Nuevamente se nos sitúa en las mismas locaciones de las historias anteriores, donde un temible ser cabalga en su caballo fantasma, es el Jinete sin Cabeza, poseedor de una afilada espada de plástico y el torso mas grande del mundo de los monstruos. El Jinete galopa por los caminos asesinando a quien se le cruce.

Esta vez la historia corre por dos carriles, al Charro por un lado que nuevamente hace uso de sus facultades investigativas para atrapar al jinete, y la otra que nos muestra a una mujer llamada Gloria, poseedora de una caja con una cabeza (de goma) dentro, heredada de su padre científico, supuestamente esta cabeza pertenecería a un despiadado bandido apodado “El Chacal” que junto con sus secuaces sembró el terror hace muchos años en el pueblo, este temible candido fue ejecutado y su cabeza fue cercenada para ser estudiada por el padre de Gloria (que era científico), el problema es que ahora “a la cabeza le a dado por hablar” (palabras textuales de Gloria), obviamente el jinete sin cabeza necesita recuperar su “maseta” (como dicen en la película) para acabar con la maldición que lo tiene a el y sus secuaces penando por mas de 100 años.

Así, mientras el charro investiga e investiga sin resultado alguno Gloria manda a un campesino llamado Don Lupe a enterrar la cabeza al cementerio, en eso el Jinete descubre quien tiene si “maseta” y va por ella, nada le cuesta echarse al pobre campesino y quitarle su cabeza, y volvérsela a poner para luego raptar a gloria.

Finalmente todos se juntan en el mismo cementerio de la historia inicial, el charro nuevamente es reducido por uno de los secuaces calaveras del Jinete (con cabeza ahora)…

La ultima historia tiene un final de lo mas surrealista, mientras el Jinete discute hacia el cielo porque no quiere volver a la tumba (suponemos que discute con Dios), el charro aprovecha de decirle a Juanito un muy mexicano “Tráeme el Machete”, los secuaces calavera son abatidos por un rayo (lanzado suponemos por el mismísimo Dios también) y el charro aprovecha de armarse y comenzar a luchar con el Jinete sin Cabeza, espada vs machete…

Como supondrán, presenciar esta maravilla de película es un acto casi orgásmico, monstruos con los maquillajes mas alucinantemente mal hechos, una falta de respeto total hacia el concepto de Noche, diálogos que te dejan perplejo, como por ejemplo cuando el Charro explica el por que de ocultar su identidad; “yo represento a la justicia, y la justicia Perico, no tiene rostro” (¿????????). Así durante toda la película tenemos una fiesta audiovisual de proporciones estratosféricas, psicotronia tras psicotronia, y como está dividida en tres partes todo está muy comprimido pasa muy rápido, la película no para de sorprendernos en ningún momento, sin duda alguna estamos frente a toda una joya del cine b mexicano, esto es puro mexplotation de alto nivel, simplemente imperdible.

Para más remate esta película ha sido publicada en youtube para ver por partes con todas las de la ley y para que esta maravilla sea del deguste de todo quien quiera (pueden verla al final del post).

Así que ya saben si están en peligro….. no llamen al Charro de las Calaveras, yo creo que hasta el Chapulín Colorado es más eficiente jaja.

O Dios este monstruo tiene el torso mas grande de todos!!!


Mostrándonos su afiladícima espada de palo


La cabeza del Jinete maldito, fx muy realistas sin duda alguna


Los secuaces del Jinete, que hasta el momento son los fx mejor logrados


Y la batalla fina, a machetazos contra el jinete sin cabeza!!


••• Charro de las Calaveras completa!!! •••
(una vez terminada la primera parte deben seleccionar la que sigue en el menu que se despliega)


fuente: el increible y  amado blog cine ediondo

El otro Boris karloff

Se llamaba Benjamín Torrealba, chileno, fue doble en Hollywood de Boris Karloff (en la foto se aprecia su gran parecido)y relacionado en tres asesinatos; un monstruo dentro y fuera de la pantalla.
Dobló a Karloff en Frankenstein, La novia de Frankenstein, La Momia... Era amigo de George Raft y mantuvo una larga relación con la bella Kay Francis.
A finales de los 50 regresa a Santiago de Chile. En su casa de Dardignac 81 la policía encuentra restos humanos. Torrealba explica a los periodistas que han hallado en su jardín un cementerio indígena, pero cuando descubren un orificio de bala en unoo de los cráneos Torrealba termina confesando que mató a un joyero y a su amante homosexual por un turbio asunto de joyas robadas. También relacionaron al doble de Karloff en el asesinato de la adinerada anciana Zenobia Valverde pero no encontraron suficientes pruebas. El ya conocido como "Monstruo de Dardignac 81" es condenado a 46 años de reclusión pero, incomprensiblemente, sale en libertad diez años después. Termina sus días apaciblemente en una residencia de ancianos dedicado a esporádicas sesiones de espiritismo y escribiendo un libro de memorias que no pudo terminar. fuente : borgo

“La muerte de Bunny Munro”, de Nick Cave

“La muerte de Bunny Munro”, de Nick Cave

La muerte de Bunny MonroLa muerte de Bunny Munro. Nick Cave
Traducción de Miquel Izquierdo
Global Rhythm Press (Barcelona, 2009)

 

“Todo el mundo sabe que no saber si te sentirás mejor es a menudo la peor parte de no sentirse bien.”

 

Vaya esta invectiva anterior para justificar la sospecha con que puede recibirse la noticia de la publicación de un libro como La muerte de Bunny Munro (The Dead of Bunny Munro, 2009) si solamente se conoce al autor de oídas, y la posible renuncia a entrar al trapo con su lectura. Sin embargo, en este caso, esa sensación de fraude se pierde inmediatamente después de haber leído el primer capítulo, apenas seis páginas de una prosa… radiante.

La primera sensación, esa ya positiva, que sorprende al lector justo iniciada la lectura de esta irreverente obra del músico australiano es que se halla ante una colosal gamberrada; y esa es una sensación que persiste a medida que uno va pasando páginas y avanzando, pero sería reducir lastimosamente la lectura si no se intenta ver más allá de un contenido diabólicamente transgresor narrado con un ritmo anfetamínico. Un impresentable y enfermizamente erotómano vendedor a domicilio de productos de belleza, tras provocar el suicidio de su esposa, abandona su hogar y, en compañía de su hijo de nueve años, emprende un camino de degradación, un camino improbable hacia una redención imposible, que avanza inexorable hacia un magnífico final: la reunión de las tres generaciones Munro, un abuelo senil, un padre acabado y un nieto en el que depositar las esperanzas de redención no puede ser más que un guiño macabro.

Fiestas salvajes

Los excesos de Freddie Mercury: Noche de Sábado en Sodoma

La fiesta por antonomasia de los excesos la celebró Queen para el lanzamiento de su disco Jazz el 31 de octubre de 1978, en el Hotel Fairmont de Nueva Orleáns, tras el tercer concierto de su gira estadounidense de aquel año. 400 invitados, entre los que se encontraban 80 periodistas traídos de todas partes del mundo, fueron conducidos a la orgía de sus vidas, que no reparó en ningún tipo de gastos y que se dio en llamar Noche de Sábado en Sodoma. Un grupo de enanos recibía a los asistentes con bandejas de cocaína en sus cabezas importada directamente de Bolivia. Camareros y camareras desnudos servían todo tipo de alcohol, langostas, ostras, el mejor caviar…
Entre las distracciones, modelos que peleaban en baños de hígado crudo, enormes mujeres de color que fumaban por los orificios más impensables, artistas desnudos de ambos sexos colgados de grandes jaulas, guerreros zulúes, contorsionistas, bailarines transexuales, brujos, come-fuegos, encantadores de serpientes, una mujer que se ofrecía para decapitarse a sí misma con una motosierra a cambio de una suma elevada, un hombre que desnucaba gallinas vivas a mordiscos… Y en los servicios, profesionales de ambos sexos prestando ‘servicios orales’ a todo aquel que se lo pidiera. Como dijo Freddie Mercury -y la fiesta se encargó de certificar-, “no voy a ser una estrella, voy a ser una leyenda

Hikimori

Hikimori

En Japón, casi un millón de adolescentes viven prácticamente auto secuestrados en sus cuartos: no comen con sus padres, difícilmente se bañan y rara vez salen a la calle. Sufren de Hikikomori. Es bueno preguntarse si nuestros adolescentes lo sufren y establecer que medidas tomar.

Makoto lleva encerrado un año en los mismos cinco habitaciones de cerca de nueve metros cuadrados. Solo abre la puerta para ir al baño y comer las sobras que su madre deja en la heladera. Pasan los días, las semanas y los meses. El chico de algo más de 17 años no va a la escuela, no tiene amigos. Depende exclusivamente de los juegos de televisión y de la música que emana de su computador. Makoto se ha encerrado en sí mismo, sufre de hikikomori.

Como él, dicen los siquiatras, pueden existir más de un millón de muchachos en Japón, y en menor proporción en Corea del Sur y China. Hikikomori traduce en español "apartarse", "recluirse". Se refiere a una persona que se auto secuestra por más de seis meses. A muchachos que escasamente cenan con sus padres, difícilmente se bañan y casi nunca salen a la calle. Aunque existen casos registrados en mujeres, el 80 por ciento de los enfermos son hombres, muchos entre los 13 y 14 años, otros entre los 20 y los 30.

El problema, que hasta hace poco ha sido reconocido como un fenómeno social tan dañino y peligroso como la anorexia, tiene a las autoridades en alerta. A medida que el problema crece en Japón, así mismo surgen innumerables grupos de apoyo y programas en línea cuyo objetivo es el de convencer a la víctima de que salga de su reclusión.
Las causas del mal no parecen estar claras. Mientras un grupo culpa a las madres que al fin y al cabo son en Japón completamente responsables por la crianza de los hijos, otros insisten en que todo es consecuencia de padres excesivamente cansados de trabajar, acoso emocional escolar, exagerada presión académica, video juegos y soledad. Una combinación potencialmente peligrosa para mentes en pleno proceso de formación.

Algunos antropólogos han llegado a la conclusión de que el papel social asignado al hombre ha jugado un papel determinante en el fenómeno. Argumentan que los chicos comienzan a sentir la presión a inicios de la secundaria y que es justamente en esa etapa en que los muchachos comienzan a aceptarse a sí mismos y se forjan actitudes que conducen al éxito. Muchos de estos hikikomori han decidido su fracaso mucho antes de haber terminado su secundaria. Ellos mismos han matado a sus propios sueños. Se han quedado atrapados en una inercia que les impide abandonar su casa y terminan por sufrir depresión y comportamientos obsesivos y compulsivos como consecuencia lógica de meses de encierro voluntario.

El problema ha tomado ventaja. Al principio fue diagnosticado como un tipo de depresión, esquizofrenia, o desorden de la personalidad. Pero a medida que fue apareciendo un mayor número de pacientes con síntomas similares, ha sido necesaria una investigación mucho más extensa y una difusión del problema suficientemente amplia como para que los padres con hijos en riesgo puedan ayudarlos antes de que sea demasiado tarde.

La versión de los niños

Los pacientes de hikikomori normalmente se refieren a su vida escolar como miserable. Relatan el cansancio luego de la escuela y la obligación de continuar estudiando, hasta la noche, en lugares especializados en donde se preparan para los exámenes de secundaria o de la universidad. Más de 10 horas seguidas de libros y trabajo. Se refieren al acoso emocional por ser muy tímidos, o por ser mejores que otros en música o deportes.

Los padres acusan parte de la culpa. En muchos casos aceptan no haber ayudado a su hijo o creerlo más fuerte de lo que realmente era. Los padres cada vez son más exigentes y ponen todas sus esperanzas en el éxito profesional de sus hijos. Si un muchacho no sigue un determinado rumbo hacia una buena universidad y por ende no llega a una buena compañía, es considerado como un fracaso, especialmente de la madre.

Los psiquiatras aseguran que el fenómeno es también consecuencia de la falta de relaciones familiares. Se refieren a padres trabajadores que viven en las grandes ciudades y que normalmente son solitarios. Ya no existen las relaciones fuertes entre los clanes familiares y los chicos crecen sin confrontar a otros de su edad. Simplemente van madurando sin las habilidades necesarias para comunicarse y negociar sus propios vínculos con otros niños de su edad. Luego no serán capaces de relacionarse emocional o sexualmente sin temor al fracaso. Por eso prefieren encerrarse.

El futuro

Dicen los expertos que a medida que el enfermo de hikikomori crece, así mismo decrecen sus posibilidades de reincorporarse a la vida corriente, y que existen casos totalmente perdidos. Son personas que nunca podrán involucrarse en un trabajo estable, tener una relación duradera, y mucho menos buscar su propia independencia. En muchos casos terminan involucrados en crímenes horrendos que sorprenden a la sociedad japonesa.

Los médicos y antropólogos extranjeros miran el fenómeno con curiosidad y admiten no haber encontrado en sus países de origen casos similares. Para ellos la explicación es muy simple: demasiada tolerancia. No se explican cómo los padres le dan tiempo al encierro de sus hijos y subestiman el problema. Quizá, concluye uno de los médicos, la solución está en algo tan simple como tumbar o quitar la puerta.

A centros de salud mental ,concurren padres que manifiestan la adicción de sus hijos a las computadoras y su aislamiento, a veces relacionado con la rebeldía de la edad, el uso de estupefacientes, etc.
Creo que debemos verlo enfocarlo como una psicopatologia múltiple y avocarnos a tratarla, de lo contrario solo tendremos en los próximos años adultos incapaces de afrontar la vida.

Estos adolescentes deciden encerrarse en su habitación o en una parte de su casa después de suspender un examen o tener un desengaño amoroso y lo que empieza por una chiquillada acaba convirtiéndose en años de reclusión voluntaria. La familia resignada no hace más que pasarle la comida sin poder mediar palabra con él. En la habitación suelen tener TV, PlayStation y todo lo necesario para no tener que salir. Se suelen pasar la noche jugando a los juegos y las consolas que sus padres les proporcionan (que son todas las que quieren) y los días durmiendo.

Un corresponsal en Japón de BBC News relató su experiencia con uno de estos jóvenes: "lo conocí sólo como el muchacho en la cocina. Su madre, Yoshiko, no me dijo su nombre temerosa de que los vecinos descubrieran su secreto. Su hijo tiene 17 años. Tres años atrás estaba triste con la escuela y empezó a hacerse la rata. Un día entró a la cocina, cerró la puerta y se negó a volver a salir. También impide el ingreso de nadie. La familia debió construir una nueva cocina. El baño está pegado a la cocina, pero él sólo se baña una vez cada seis meses".

En una sociedad en la que tener un hijo con este trastorno es una vergüenza, donde si un menor deja de ir a la escuela nadie hace nada por él, donde este trastorno (que es descaradamente afectivo y psicológico) se atribuye toda la culpa a la familia y no se interviene de modo oficial para que el adolescente lleve una vida digna, lo más lógico parece que si un adolescente se encierra durante 5 años en su habitación nadie haga nada.

Las cifras son para preocuparse ya que 1 de cada 10 adolescentes japoneses sufren hikikomori y este fenómeno… se produce casi exclusivamente en Japón. Parece fácil sacar conclusiones al referirse a un sólo país, como que es una cultura opresiva con los menores, donde es mejor encerrarse que suspender un examen, es una sociedad muy centrada en los videojuegos y la tecnología pasando por alto las necesarias relaciones humanas, parece que estos chicos no están preparados para relacionarse o para solucionar un problema y que todo esto lleva a estos niños a buscar refugio en su habitación.

Para un adolescente es normal que no haya lugar mas seguro que sus 4 paredes, es como esconderte debajo de la manta o poner la cabeza bajo tierra como las avestruces, buscar el lugar donde nadie puede atacarte, nadie puede suspenderte ni dejarte, nada puede salir mal si nada arriesgas y en una situación de gran tensión social y emocional lo mas fácil es encerrarse y dejar pasar los años.

Dentro del trastorno hay diferentes perfiles: algunos salen por la noche pero rehuyen la compañía y la conversación, otros al sentir presión por sus padres para hablar o salir del cuarto se ponen violentos o amenazan con el suicidio, otros hablan un poco con la familia. El 41 % de los afectados están entre 1 y 5 años en sus habitaciones. Existen casos de comorbilidad con otros trastornos como depresión, ansiedad, agorafobia pero también hay casos en que no se da.

En Japón se están publicando muchos libros sobre el tema respondiendo a lo que supongo debe ser una alarma social pero subterránea (la familia suele esconder el hecho de tener un hijo en esta situación). Como es de suponer existen clínicas especializadas pero en ellas sólo ingresan los chavales que se prestan voluntariamente y el porcentaje es muy pequeño.

Expertos japoneses  y extranjeros ya han dedicado extensos ensayos al fenómeno. El novelista y realizador cinematográfico Ryu Murakami lo explica como "la consecuencia del fenómeno de crecimiento de la economía japonesa durante la segunda mitad del siglo XX". Algunos expertos consideran al hikikomori como una epidemia, aunque lamentablemente "subterránea", al ser cómplice, en la mayoría de los casos, la familia del comportamiento "anormal" de estos muchachos.

Por su parte el psiquiatra Dr. Tamaki Saito apunta como causa de esta situación a las mentiras que se han ido propagando dentro sobre los valores históricos de la sociedad japonesa donde la poesía y la música tradicional celebran a menudo la nobleza de la soledad y la relación que en ese marco se establece entre los muchachos y el papel asignado a la madre, que cuida de ellos hasta bien entrados en la madurez